Howard Gardner propuso hace algún tiempo una teoría llamada "Las inteligencias múltiples", según la cual la inteligencia no debía ser considerada como algo unitario con mayor o menor preponderancia de acuerdo al individuo, sino como un conjunto de habilidades todas de igual importancia y divididas más bien en diferentes "inteligencias"; de ahí el nombre de su teoría psicológica.
Siguiendo este pensamiento podriamos decir que alguien que solo desarrolla una habilidad deportiva no por
eso vendría a ser menos inteligente que algún habilidoso, por ejemplo, en matemáticas.
La teoría de Gardner ha servido no a pocos como brillante excusa para una menor o mayor predisposición hacia tal o cual habilidad. Sin desmerecer los estudios del doctor Gardner, quiero señalar algunos puntos que la experiencia les ha dado el carácter de realidad.
El cerebro humano, ese conglomerado de células nerviosas, tan misterioso como incomprensible, es de por sí, haragán. La holgazanería cerebral tiene pruebas irrefutables: para hacerlo funcionar se tiene que usarlo y ese esfuerzo hace posible las maravillas que el ser humano ha podido llevar a cabo a lo largo de la historia, desde la invención de los números y el alfabeto hasta la creación de una obra artística.Si se le dejara al ser humano aun niño hacer su voluntad y aprender solo aquello de su placer, muy pocos aprenderían a leer y a escribir, porque el cerebro, repito, es holgazán y está en cada uno el esfuerzo necesario para convertirlo en órgano útil a nosotros y a la sociedad.
Yo no veo "inteligencias múltiples" sino una inteligencia capas de hacer muchas cosas o capas de no hacer absolutamente nada.Por tal motivo desde la niñez el ser humano debe ir de a pocos, avanzando en sus conocimientos y habilidades, reforzando como no, aquello en lo que se les observe mayor aptitud. No se puede dejar a un ser en etapa formativa que haga a su antojo las cosas pues tendríamos una masa de seres cerebralmente tullidos al no haberlos orientado en su aprendizaje en busca de una verdadera educación, brindándoles diferentes opciones en las que puedan desarrollar sus habilidades y poner en relieve su inteligencia.
¿Por qué goza de tanta aceptación la teoría de Gardner en la educación actual? Porque en una sociedad de consumo se privilegia el resultado inmediato y no la formación de un ser consiente y responsable y pensante. Es más fácil arguir que por las inteligencias múltiples no se deba exigir a un ser en formación dedicación y aceptables resultados en campos que puedan no gustarle, pero que al aprenderlos con esfuerzo lo conviertan en un ciudadano completo y educado. Ningún conocimiento por poco interesante aparentemente, está demás; si aprendemos cómo pintar una puerta, o cuál es la capital de un remoto país del que desconocíamos existencia, nuestro cerebro será igualmente enriquecido como si aprendiéramos un nuevo idioma. Lo expuesto apunta a la certeza de que ningún aprendizaje debe ser menospreciado, pues al aprender más, nuestro cerebro más activo se vuelve y eso redunda en beneficio propio y ajeno.
Naturalmente que todos tenemos determinada disposición para realizar tal o cual tarea, sea intelectual, motriz,espacial,física, etc., y a eso le llamamos "talento", talento para escribir, talento para los números, talento para el arte, talento para los deportes, etc., lo importante es no caer en el facilismo de limitar al ser humano en su aprendizaje y su formación para el logro de una verdadera educación.
¿Le haría daño a un deportista saber quién escribió "El Quijote de la Mancha"? seguramente que no, como tampoco le haría daño a un intelectual practicar un deporte regularmente. Todo aquello que nos enriquezca como personas nunca estará mal, por fútil que su conocimiento nos parezca; de ahí mi desacuerdo con Gardner, apoyado por muchos quienes encuentran en su teoría disculpa para el poco o nulo compromiso que tienen con un aprendizaje completo, enfatizando solo lo que quieren aprender o hacer y despreciando lo demás. Eso es aprender mal, conocer "a medias", saber nada, contentarse con poco, es practicar no "inteligencias múltiples", sino "estupideces múltiples" .
Ricardo del Castillo y Larraondo
Junio 27, 2012.
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