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lunes, 25 de marzo de 2013

Nueva Ley del Servicio Militar Obligatorio en Perú

No se desconoce una verdad en el Perú: los cuarteles están vacíos. En Tacna al sur del país, por ejemplo, practicamente no hay nadie.
Ante el fracaso obvio del Servicio Militar Voluntario, el gobierno ha dispuesto el retorno al Servicio Militar Obligatorio, y dicha norma sería de aplaudirse sino mediaran fallas groceras en su estructura, y como, tanto los que hicimos el servicio militar en su momento como aquellos que no, tenemos el deber de señalar estas fallas, paso a hacerlo.

El déficit humano en los cuarteles que restan (pues muchos han sido rematados) solo podría salvarse con una cuota regular y constante de elementos anualmente; entonces se entiende la necesidad del sistema obligatorio pues el voluntario resultó un completo fracaso. Este obligado  flujo constante de efectivos se comprende por las realidades geopolíticas de nuestro país; señalar que el servicio obligatorio es a causa del VRAEM, no es por lo tanto del todo justo, pues los enfrentamientos  surgidos en esa zona con fuerzas narco-terroristas no excusarían el sorteo de 30 mil nuevos efectivos. Lo que se pretende es cubrir el déficit y recuperar los puestos de vigilancia fronterizos abandonados desde hace tiempo y esto es loable y necesario dado, como repito, a la realidad geopolítica.
Habiendo señalado la justicia del decreto, señalemos sus fallas.
El espectro de edad para el servicio será de 18 a 25 años. Al imponer ese rango, obligadamente se estará comprendiendo a personas cursando estudios superiores o que estén ya al cargo de una familia. Entonces viene la "excepción" de la regla: los que estén realizando estudios universitarios (no se comprende a los que realizan estudios técnicos) o sean responsables del mantenimiento de un hogar, están exceptuados del servicio.
Es decir, aquel que esté en la "uni" se salva, el que no, se jode; el que es papá adelantadamente o no, se salva, el que no, a llorar al río. Absurda disposición que no resiste el menor análisis dado su carácter discriminatorio. Pero, se me dirá, es injusto que un joven trunque sus estudios universitarios por el servicio militar. El servicio militar no tiende a ser justo o injusto, es un deber nos guste o no. A mi no me gusta pagar tan elevadas cuotas en los impuestos prediales, pero debo hacerlo; eso está fuera de discusión. Sin embargo, esa injusta "excepción" sale a relucir  debido al rango en la edad, de 18 a 25 años, cuando, en lugar de eso se  debió formular el servicio   únicamente a partir de haber finalizado los estudios secundarios y con un rango de edad de 18 y 19 años y no más, pues de este modo el servicio sería obligatorio realmente para todos los que mediante un sorteo realizado entre hombres y mujeres de TODOS LOS ESTRATOS SOCIALES fueran elegidos, y no solamente para los "piñas".
Otro detalle delator del tufillo discriminatorio de la presente ley es aquel que impone una multa de 1850 soles o casi 700 dólares a todos los que no quieran hacer caso al resultado del sorteo y de esta forma deseen "exonerarse". ¡Qué sinvergüencería! ¡Qué tontería! Con esta multa expiatoria se  le quita toda seriedad y rastro de justicia al servicio militar, pues la convierte en un juego y, pone de manifiesto otra vez la discriminación tan proverbial en el Perú: El que pueda pagar su multa (o tenga papis que la paguen por  él) puede evacuar en la norma, puede pasearse como ejemplar ciudadano por las calles, pues "ha pagado su multa", y por lo tanto tiene los mismos derechos que aquel que sirviendo voluntariamente, o aquel que no tuvo plata para la multa y tuvo que servir, les compete ante la sociedad.
Hecha la ley, hecha la trampa.
El Servicio Militar Obligatorio es y será motivo de disgusto y revuelta de tripas (para mi mismo también lo fue), sino que lo digan los israelíes quienes, hombres y mujeres lo hacen por ley. Entendiendo esto será más sencillo que entandamos en su necesidad y lo tomemos como un deber y no como algo para tontos y para desventurados. Y como el principal motivo del Servicio Militar es tener ciudadanos aptos  en el uso de amas y técnicas de emergencia en caso de guerra exterior (una posibilidad siempre inminente) se podrían idear mejores sistemas para no tener que exagerar con el servicio obligatorio: por ejemplo, regresar a la instrucción pre-militar en los colegios de todos los estratos sociales; retomar la disciplina en el hogar y en los colegios privados y públicos; realizar periódicos llamamientos  que no tienen que ser acuartelados en ciudadanos hasta los 45 años solo con el fin de mantenerlos al día en el manejo de armamento. Todo con el fin no de hacer un soldado de cada ciudadano, sino de mantenerlo preparado y consiente de sus responsabilidades si llegara el momento de tener que prestar atención  al llamado máximo que la Patria le puede hacer a sus hijos: Acudir en su defensa.
Ojalá llegue el tiempo en que los servicios militares ya no sean necesarios y las armas y demás instrumentos de muerte y destrucción estén proscritos o en museos, mas entretanto es nuestro deber prepararnos para saber tratar al cordero como cordero y al lobo como a lobo.
Es una lástima que una vez más se desperdicie una ocasión brillante para hacer una ley que realmente beneficie al Perú entero, pues la ley del Servicio Militar Obligatorio es en esencia buena; lo malo es la forma y las condiciones cómo la están dando, pues solo se deja ver una mala ley, antipática, discriminatoria y merecedora del encono de muchos sectores de la población: los más pobres.


Ricardo del Castillo y Larraondo.
Lima, marzo 25 2013.

viernes, 15 de marzo de 2013

Cuando una persona se ve aquejada de una enfermedad tan grave como el cáncer, tiene dos opciones a seguir: o lucha contra la enfermedad de la mejor forma que pueda o se rinde ante ella. El Perú ha escogido la segunda alternativa ante el gravísimo mal padecido. La política vana, falaz, estupidizante, creadora de zombis, anquilosadora de mentes jóvenes y fuertes, tomó los órganos más sensibles del organismo patrio desde hace muchísimos años y  feroz, ha corroído su sistema. Así, pues, no hay acto o acción importante o no, que no se haga sin su dosis de política barata. La cultura, el deporte, la educación toda ha caído ante la política; si no existen réditos políticos muchas desiciones urgentes para el país dejan de tomarse y si hay elecciones o revocatorias ad portas, no hay obra dejada de inaugurar aunque no se haye cabalmente concluida.
Los habitantes del país dejaron de luchar (si es que alguna vez lo hicieron) contra este mal y resignados se dejan llevar por las sacudidas de la torva enfermedad en un sentido o en otro. Tres grandes masas infecciosas detentan el control sobre este organismo enfermo: la Derecha bruta, la Izquierda idiota y aquella masa creciente cada día más y auto definida como de centro izquierda o centro derecha, según sean las condiciones favorables para sus apetencias. Estos cuadros infecciosos han hecho pasto del paciente aprovechando el bajo nivel de hierro en su sangre y la escacez de  fósforo en su cerebro; por eso el enfermo a veces piensa a la derecha, a veces a la izquierda y a veces no piensa en nada, resultando tan solo un monigote ante la voluntad política de estos elementos cancerígenos triunfantes en la tarea de someter el cuerpo invadido a la pasividad ovejuna y a la resignación animal.
La capital de este territorio habitado llamado Perú irá a una revocatoria de autoridades municipales el 17 de marzo del presente año y quiérase o no, se tendrá que votar bajo extorsión de multa. A un lado los defensores del "Sí" a la revocatoria argumentan que la alcaldesa "no ha hecho nada" y/o que "viene mintiendo al pueblo"; a la vera de el frente los que defienden el "No" aseguran que "todo es mentira" y "que hay intereses oscuros detrás de la revocatoria". Fuera del dineral gastado  y que se gastará en el proceso y que provendrá del bolsillo de todos los peruanos, se me ocurre que el malo del cuento no es tan malo y que la oscuridad de la noche no es tan oscura. ¿Tan mala gestión ha realizado la alcaldesa para merecer por "clamor popular" la revocatoria?... No; ¿Ha cometido imprudencias, meteduras de pata y acciones que justifiquen la crítica a su desempeño?...Si. ¿Hay "elementos oscuros detrás de la revocatoria?....No, pues  podemos distinguir las siluetas del ventrudo ex presidente Alan García y del silencioso ex alcalde capitalino Castañeda Lossio, quien no gozó de una "multitud furibunda" y firmante para su revocatoria en su periodo edil..¡Vaya su suerte!....
Quienes no sabían del tema casi nada y andaban muy ocupados en sus asuntos, luego de ser aceptada la revocatoria municipal, empezaron a sentirse engañados y decepcionados de la alcaldesa en una especie de "post-síntomas", y se unieron al coro griego al desconocerle   hasta la buena voluntad en algunos de sus proyectos, y enrostrarle la interrupción de algunas obras como el mal aventurado túnel de Santa Rosa, olvidando claro, que dicha obra comenzada por la anterior administración fue mal ejecutada y se derrumbó, por lo que debió ser interrumpida. Sin embargo las buenas intenciones tampoco son suficientes y de ahí a concluir que el puesto le quedó ancho a la señora Villarán no carece de certeza.
Como limeño y descendiente de limeños jamás me pareció adecuada para el puesto ni la señora Flores ni la señora Villarán, pero mucho antes que eso y en primer lugar, mucho más detestable que alguna de ellas ocupando el sillón municipal, siempre he creído y creo, que la mayoría de gente que habita Lima, no merece  habitarla: Lima les queda ancha. Solo hay que verlos y verlas ensuciar sus calles, sus muros, escupir sus pisos, defecar literalmente sobre sus suelos, y destruirla toda, poniendo de absurda excusa la pobreza. El desinterés de esta gentuza por su ciudad les haría merecer su revocatoria como ciudadanos a ella. Ojalá se pudiera; ojalá existiera una revocatoria para estas gentes. Ahí sí yo votaría. Mientras tanto, la política una vez más hará tabla rasa con todo en beneficio de algunos cuantos  y volverá a enfrentar a peruanos contra peruanos una vez más, Después de todo, enfrentarse entre ellos es lo que más saben hacer los habitantes de este  territorio habitado llamado Perú.
Es que esto va más allá de una revocatoria edil; es la voluntad del cancer manifestándose una vez más por sobre el enfermo que ya perdió la voluntad de vivir y, lo más importante, hasta de  pensar.


Ricardo del Castillo y Larraondo.
Lima.